lunes, 31 de agosto de 2009

LA ALEGRIA DE CUMPLIR Y NO SOLO PROMETER

Esta semana hubo dos grandes noticias en mi comuna y una sola gran reflexión de mi parte surgió de ambas.

Primero, con la inauguración de la carpeta asfáltica del camino Lo Alvarez se culminó con el 100 por ciento de la pavimentación de todas las vías de la Provincia de Talagante bajo tuición del Ministero de Obras Públicas.

Lo segundo fue la entrega de más de 400 Maletines Literarios a escolares de establecimientos educacionales municipalizados de Isla de Maipo. Ambos eventos marcan un claro sentido de desarrollo y calidad de vida de las personas. Para unas, la mejor conectividad dentro de su entorno geográfico y para los estudiantes la posibilidad de estrechar en alguna forma la gran brecha cultural no solo con la educación privada sino en relación con los grandes centros urbanos.

¿Cuál es la reflexión?

Es el saber que estamos en el lugar y la senda correcta.

Es la convicción de que el cargo que tenemos -dado por la ciudadanía- trae aparejado no solo el "título" de autoridad, sino un alto grado de responsabilidad al cual debemos hacer honor, con respeto, amor y verdad.Porque en esas dos inauguraciones se encuentra una gran recompensa para el espíritu del servicio público: la alegría de cumplir las promesas hechas. Promesas que van más allá de la simple calle pavimentada que permitirá que nunca más las personas deban cruzar un barrial en invierno para ir a sus trabajos o de la posibilidad de tener libros para leer en casa.

Es la promesa de que estamos empeñados en quebrar el "círculo de la pobreza"; en crear un mundo de oportunidades para alcanzar un grado de equidad entre todos.En estos tiempos pre-electorales en que se escuchan sinnúmeros de "ofertones" y surjen los "falsos profetas" o gurúes de la política es cuando todos debemos tomarnos esos pocos minutos de profunda reflexión y ver efectivamente quiénes han volcado sus vidas hacia el real servicio público; quienes con aciertos y también errores (somos humanos) pero con honestidad hacen carne el sentido de solidaridad, de colaboración, de entrega. En fin, de amor al prójimo.

Si me pongo algo religioso es porque en la zona y en especial en mi comuna estamos ya en el ambiente de celebración de la Vìrgen de La Merced, pero también porque todo lo expuesto anteriormente está además presente en la doctrina de la iglesia, en sus encíclicas. Es parte también de la ética y la moral más pura.

El servicio público en su mejor expresión nos brinda a aquellos que trabajamos en él, una gran recompensa que bien vale todas las satisfacciones y sinsabores que conlleva. Nos hace mejores personas.

¡Qué grato sería ver un servidor público en cada uno de ustedes!

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